jueves, febrero 10, 2005

Recordando a Eisner

Al acabar el 2004, en uno de los repasos a las compras del año, dije que era un gran desconocedor de la obra de Will Eisner y que me quería hacer con The Spirit. Con el 2005 llegó su muerte, y también como es habitual con estos sucesos, sus obras llegaron a los escaparates de las librerías especializadas.

Yo sólo me había leído de Eisner Fagin el Judío, que me pareció un buen cómic, y del que me sorprendió el diseño de las viñetas, pues no utilizaba prácticamente nunca líneas para separarlas. Siendo un gran desconocedor de la obra de Eisner, y con muchas obras entre las que elegir, que mejor que pedir consejo antes de comprarme nada.

De esta forma, he podido comprarme y leerme Contrato con Dios y Las Reglas del Juego, y me han parecido excepcionales.

Las Reglas del Juego, nos explica la historia de una familia judía emigrada a América, una familia con dinero y poder, que sólo ansia subir en la escala social para llegar a lo más alto. Una gran descripción de la burguesía de principios de siglo XX, un gran drama y una gran historia sobre el poder, las influencias y como estos dos factores emponzoñan a toda persona que tocan.

Contrato con Dios, es una obra estructurada en 4 pequeñas historias autoconclusivas, en las que no se nos muestra a la gente con poder e influencias sino todo lo contrario, se nos muestra a gente pobre y humilde, pero esta gente, estos personajes tendrán tratos y acercamiento con el poder, y este sigue causando estragos allí a donde va.

La edición que hace Norma de estas dos obras me parece buena. Quiero destacar especialmente la edición en tapa dura de Las Reglas del juego, que es un auténtico lujo.

De esta forma, la valoración global que hago de estas dos obras es muy positiva y las recomiendo totalmente. Si tuviese que situar estas dos obras, las pondría a la altura de Maus, Persépolis y similares, es decir, entre las grandes obras del cómic.

Para acabar, comentar que estas dos obras, nos conducen a una clara reflexión: ¿El poder es intrínsecamente malo? ¿Corrompe el poder a las personas? Yo creo que sí, y también creo que tenemos cientos de ejemplos cada día. Y yo me pregunto: ¿Que hace la clase dirigente por nosotros? Nada.